Me gusta que este 2010 haya mostrado quienes son los depredadores políticos, sociales y planetarios; adhiero a los que elevaron sus conciencias sociales, a los que voltearon a mirar con más respeto las ceremonias ancestrales, a quienes en este final de año, con motín personal a bordo sacuden y se mueven despercudiéndose de prejuicios que ya no caben en ninguna siembra. Los antivalores pierden su fecha de vigencia y las solapadas miserias de una globalización pierde terreno en uniformarnos.Cuando un año se va vienen a la mente el balance natural de lo que pudo ser y no fue; de las metas que alcanzamos, de los desafíos que nunca estuvieron en pauta pero que sin embargo sorteamos con coraje y vida.
Este 2010 será recordado por aquel que remeció nuestras vidas, los cimientos de un país que añoraba cambios pero la naturaleza madre divina y cósmica cambió con dolor y muerte. No somos los mismos después del 27 de febrero, ser testigos de como treinta y tres hombres sobrevivieron a sus miserias en una cueva subterránea que los mantuvo unidos y humildes hace que Chile no sea el mismo. Esta reflexión ad-portas que llegue un 2011 con nuevas esperanzas, siento, deja esa sensación de que vamos rumbo a un viaje donde los puros de corazón son los que cosecharon los mejores frutos, donde vivir de las apariencias dejó en evidencia la pobreza de los que nos engatusaron con edificios de papel.
Me gusta que este 2010 haya mostrado quienes son los depredadores políticos, sociales y planetarios; adhiero a los que elevaron sus conciencias sociales, a los que voltearon a mirar con más respeto las ceremonias ancestrales, a quienes en este final de año, con motín personal a bordo, sacuden y se mueven despercudiéndose de prejuicios que ya no caben en ninguna siembra; los antivalores pierden su fecha de vigencia y las solapadas miserias de una globalización pierde terreno en uniformarnos. La fe está moviendo hilos y montañas y eso me gusta. Esta misma convicción es la que sueño deje sin efecto las campañas del miedo a quedarnos sin luz, por el contrario, la invitación es a desenchufarnos e impregnarnos de entusiasmo en un 2011 que llegará sin dudas para ponernos a prueba de cuánto somos capaces los seres humanos de defender el amor, la tolerancia, el respeto, la cultura, el arte, la armonía, el equilibrio de una Madre Tierra ya bastante violentada en nombre de Tratados de Libre Comercio.
Gratitud, hermandad, sabiduría, justicia, abundancia, sueños, rituales, desapegos, nostalgia, latidos me invaden en este momento, se traducen en vida cuando visualizo este nuevo ciclo, un gran deseo en mi corazón, que sea para todos Uds. un año 2011 el mejor de los regalos.
1 comentarios:
Imposible quedar inmune luego de leer este artículo, que nos muestra, más que solidarios optimistas.
El sueño, las utopías de alguna manera forjan esperanzas que en algún momento, espero, podrán elevarse entre tanta miseria humana.
Mientras los depredadores políticos y sociales, seguirán en nuestra mira y en la de Jackeline.
Publicar un comentario