Pensemos en conservación: sustentabilidad, co-gestión y justicia socioambiental

Escribe para El OJO, Waldemar Monsalve, presidente Instituto de Ecología Chile Austral.
"El problema del corte de los bosques nativos no es un problema biológico; es un problema humano; no es un problema de conocimientos; es un problema de voluntad y responsabilidad humana en el ámbito humano. La conservación de la biodiversidad interesa en el ámbito humano, no para el devenir de la Tierra o de la biósfera. El problema del bosque nativo es un problema ético, es un problema de responsabilidad humana, y por lo tanto, es un problema espiritual. Es un problema que tiene que ver con el mundo en que queremos vivir, en que queremos que vivan nuestro hijos; es un problema de nuestro sentido ético”; Humberto Maturana.
Los días 21 y 22 participé en el “3° Encuentro de Conservación en Tierras Privadas de las Regiones de Los Ríos y Los Lagos”, que se efectuó en Valdivia. El encuentro estuvo abierto a representantes de experiencias de conservación privada de otras regiones del país. Los objetivos principales de este Tercer Encuentro fueron consensuar una propuesta de las Áreas Protegidas Privadas (APP) en torno al Proyecto de Ley para la creación del futuro Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, y poner a consideración de los participantes una estructura organizativa de las Áreas Protegidas Privadas y elegir una directiva que las represente.
Fue así como, interesados de todo Chile, nos hicimos el deber de estar allí para responder a los fines y principios de la convocatoria, los cuales paso a señalar:
a) Principio de sustentabilidad e integridad ecológica y del paisaje.
Los complejos ecosistemas que sustentan los sistemas productivos naturales son vitales para el desarrollo de la economía humana. La integridad de los ecosistemas demanda una adecuada protección de la biodiversidad si los servicios ecosistémicos como el ciclo del agua, la productividad de los suelos, entre otros, han de continuar aportando a los sistemas productivos creados por el ser humano. Este es un imperativo ético que no puede ser soslayado ante la crisis ambiental que experimenta el planeta y que reclama urgentes medidas de protección de los diversos ecosistemas, para evitar un deterioro que sea imposible revertir. La responsabilidad inter-generacional, y la necesidad de establecer economías locales saludables reclama medidas efectivas de conservación de la integridad de los ecosistemas y del paisaje. Independiente de la escala de la economía, y de la naturaleza de los sistemas productivos, no es posible sustentar el largo plazo sin resguardar hoy la salud de los ecosistemas y la integridad de la biodiversidad que los caracteriza.


b) Principio de la Co-Gestión.
La participación informada, significativa y oportuna de las comunidades y habitantes de un territorio en los procesos de toma de decisiones, es la base la legitimidad social de las decisiones democráticas. El potencial efectivo de las medidas de protección y conservación de la biodiversidad en determinados espacios territoriales es amplificado y alcanza su real significación cuando los habitantes y comunidades de ese territorio participan activamente en el proceso de co-gestión, se benefician y son parte integral de la conservación y restauración, asegurando equidad y justicia ambiental.


c) Principio de reconocimiento de los derechos de los Pueblos Originarios.
La creación y la administración de las áreas protegidas del Estado ha sido desarrollada con exclusión de las comunidades locales y de los Pueblos Originarios, cuyas culturas han posibilitado su conservación. Las políticas propuestas en la última década con miras a generar instancias de consulta con las comunidades y Pueblos Originarios aledaños y acuerdos de asociatividad, si bien constituyen un avance en relación a la exclusión antes existente, son claramente insuficientes desde el punto de vista de los lineamientos internacionales de la conservación, así como también desde el punto de vista de los derechos humanos. Es imperativo que el Estado reconozca los aportes que los Pueblos Originarios hacen con sus conocimientos a la conservación de la biodiversidad, aportes que han sido reconocidos en la Convención de Diversidad ratificada por Chile. Además el Convenio 169 ratificado por el Estado de Chile el año 2009 reconoce el rol y aporte de las comunidades locales y pueblos indígenas, como la necesidad de que la conservación se desarrolle en forma respetuosa de sus derechos.
Este Convenio y otros tratados internacionales también reconocen los derechos de participación y consulta frente a medidas administrativas y legislativas que adopten los Estados susceptibles de afectarles, cuyo derecho a decidir sus propias prioridades en materia de desarrollo, y al reconocimiento, protección y restitución de tos derechos sobre las tierras y territorios de ocupación tradicional.


d) Principio de equidad y justicia socio ambiental.
El concepto de desarrollo sustentable incorpora como eje la equidad intra-generacional e inter-generacional. La primera tiene que ver con la equidad entre la población actual, y la segunda, con la subsistencia de las generaciones futuras. La noción de equidad considera el acceso a los frutos de la producción económica, a lo que se agrega el acceso y distribución de los recursos naturales y de los impactos recibidos a consecuencia de la contaminación y el deterioro ambiental. Chile, al igual que otros países de la región enfrenta una situación de profunda inequidad en la distribución de los frutos de la actividad económica, que es particularmente crítica para las poblaciones y comunidades rurales y Pueblos Originarios. Además persiste y se agudiza una creciente inequidad en el acceso y distribución de los recursos naturales e impactos de la contaminación. La noción de equidad y de justicia socio ambiental implican un desafío social mayor para revertir las actuales tendencias, y la conservación de la biodiversidad debe asegurar los mecanismos que mejoren el acceso a los recursos naturales, el ingreso y la calidad ambiental en las comunidades aledañas a Areas Protegidas, ya sean éstas públicas o privadas, o sean parte del territorio de conservación de comunidades o pequeños propietarios.
Hasta aquí el contenido de los principios y conceptos claves considerados durante dicho Tercer Encuentro.

Estimados lectores: me hago un deber, en persistir en la tarea de provocar a las conciencias, e ir sembrando las semillas de la buena voluntad y de la solidaridad con este maravilloso Planeta Azul, que sustenta nuestras frágiles y depredadoras existencias.
Termino citando al Dr. Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias 1995:
“Al cosmos no le importa que desaparezcan los bosques nativos de la Tierra. Tampoco le importa al cosmos la muerte de la Tierra como un planeta orgánico. Lo que hagamos con el medio ambiente los humanos, no importa en el devenir de la biósfera o de la Tierra.
“Es a nosotros, los seres humanos, a quienes nos importa o podría importarnos lo que pasa con los bosques nativos, con el daño ambiental, con la contaminación de nuestro ambiente o con la sobrepoblación. Es a nosotros, los seres humanos, a quienes nos importa o podría importarnos el sufrimiento que vamos a generar en al ámbito humano con nuestra ceguera, nuestra avaricia o nuestra ambición. Es a nosotros, los seres humanos, a quienes nos importa o podría importarnos el bienestar material, espiritual y estético que crearíamos si cuidásemos los bosques nativos, el medio ambiente, y si nos ocupásemos responsablemente de la sobrepoblación de Chile o del planeta. El problema del corte de los bosques nativos no es un problema biológico; es un problema humano; no es un problema de conocimientos; es un problema de voluntad y responsabilidad humana en el ámbito humano. La conservación de la biodiversidad interesa en el ámbito humano, no para el devenir de la Tierra o de la biósfera. El problema del bosque nativo es un problema ético, es un problema de responsabilidad humana, y por lo tanto, es un problema espiritual. Es un problema que tiene que ver con el mundo en que queremos vivir, en que queremos que vivan nuestro hijos; es un problema de nuestro sentido ético”.
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