Harold se fue a negro: cuando los poderosos triunfan, el pueblo pierde

Escribe para EL OJO, Bernardo Candia Henríquez.
A raíz de la reciente elección del Presidente del Fútbol Chileno y observando el proceso que se llevó a cabo que culminó con la elección de un nuevo Presidente para el Fútbol Chileno, me pregunto, ¿cuáles son las razones, motivaciones que llevaron a elegir a un nuevo Presidente de la ANFP?

Ante los hechos es evidente que a lo menos existen dos variables que explican esta situación:

1.- Los intereses económicos

2.- Razones Políticas

Harold Harold Mayne-Nicholls, durante su mandato (4 años), logró construir un proyecto para el fútbol chileno, proyecto sustentado en principios y valores, donde la responsabilidad y la disciplina eran pilares fundamentales de este proyecto. Ello explica el buen desempeño que tubo la selección chilena en la clasificación al Mundial y en el mundial mismo, ganándose el respeto de la comunidad internacional del fútbol y siendo creíble ante la comunidad nacional que veía un proceso serio, tan necesario para obtener buenos resultados.
Si los resultados son óptimos, ¿por qué los clubes o más bien dicho las sociedades de responsabilidad limitada levantaron una candidatura en las dos últimas semanas y en palabras de Mayne-Nicholls, le habrían dado su palabra se un apoyo por las razones ya expuestas y que en el momento de hacer uso de su derecho de sufragio no le entregaron ese respaldo?

Para los poderosos del fútbol, los buenos resultados no le interesan, ni los principios ni los valores que sustentan el proyecto; para ellos lo único importante es el factor económico, esta misma racionalidad que adolece de empatía, pues se sustenta en el egoísmo, cercenando la capacidad de pensar en el bien común, pues lo que les mueve es el lucro y en algunos casos también han primado intereses mezquinos de pasadas de cuentas.

Si hubo o no intereses políticos, son los amantes del fútbol y la comunidad en general la que tendrá que juzgar esto, lo que observamos es que evidentemente hubo declaraciones que podrían interpretarse de esta forma, con anuncios de construcción de estadio para determinado club.

Pero lo que queda claro en todo esto, es cuando los poderosos ganan, el que pierde es el pueblo, el que tiene la ilusión de ver a su selección ocupando lugares de privilegio gracias a un proyecto futbolístico, serio, responsable y creíble.
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