
Fue más duro que la propia derrota senatorial del 97’ en manos del ex general de Carabineros, Rodolfo Stange, en la Circunscripción 17; o la sufrida en diciembre por su hijo, cuando en medio de fuertes disputas públicas de la Alianza, el diputado UDI Javier Hernández lograba reelegirse por un tercer periodo en el distrito de Osorno, San Juan de La Costa y San Pablo.
Para Harry Jürgensen Caesar, lo ocurrido en las últimas semanas resultó un golpe al mentón de proporciones, que terminó con un knockout cuando el Presidente Sebastián Piñera definió como nuevo intendente de la Región de Los Lagos a Juan Sebastián Montes Porcile, un abogado portovarino de 42 años, destacado en el mundo académico y con experiencia en la empresa del rubro salmones.
Por Francisco Reyes C.
El “factor Jürgensen” había retrasado en demasía la nominación del jefe regional y Los Lagos se transformaba el viernes 12 en el primer bochorno de la nueva forma de gobernar cuando el diputado por Chiloé Gabriel Ascencio ponía en Santiago y ante la prensa un recurso de protección en contra de Piñera y el ministro Rodrigo Hinzpeter por el inexplicable retraso.
Definitivamente, la UDI no visaba el nombre de Harry Jürgensen y el perfil del gerente de la Feria Osorno era sorpresivamente cuestionado por miembros del propio bloque, ya no sólo en privado sino también en público y a través de los medios.
DECLARACIONES
Fueron dos las declaraciones que rompieron con todo lo previsto en la implementación de este gobierno regional y que selló el nombramiento de Montes y, además, uno de los primeros quiebres de la Coalición a la hora de definir los cargos en el territorio.
Cuando el diputado Carlos Recondo señalaba en el diario Austral de Osorno que el propio Jürgensen lo había llamado para evitar “aprensiones” a propósito de su posibilidad de asumir en la Intendencia, su colega por Puerto Montt, la diputada Marisol Turres, admitía sin “empachos” en el mismo medio que el nombre del gerente de la Feria no “acomodaba” a la UDI.
Eso de que “hay una serie de razones que nos hacen pensar que él no es la persona indicada” incendiaba una negociación política más pública que interna, de rencillas, de cuentas pendientes y por qué no pensarlo…de cálculos electorales pensando en la senatorial de 2012.
Sin siquiera sospecharlo y más aún, sin quererlo, Harry Jürgensen Caesar se transformó en un chivo expiatorio para su partido de toda la vida y el punto de quiebre con la UDI, con Piñera, con Hinzpeter y la forma en que se están “cortando” las nominaciones en la región.
Sin mucha fineza política, los voceros osorninos de RN lo promovieron primero como ministro de Agricultura; luego, como subsecretario de la misma cartera, hasta llegar al episodio de la Intendencia Regional.
Apariciones varias del concejal de Osorno Alexis Casanova y de los líderes del partido de la estrella planteando que Jürgensen era la “carta” para cargos de avanzada, no hicieron otra cosa que quemar injustamente el nombre, sin proyectar que esta exagerada exposición pública sólo alertaba a sus socios de la UDI que aún tenían en la retina las recientes peleas por la diputación del distrito 55 y las aspiraciones senatoriales que pronto serán otro gran tema entre los socios de la coalición.
Sin dimensionar lo que venía, el propio Harry Jürgensen contribuyó a generar el cuadro crítico. Se sabe de conversaciones con Palacio, de reuniones de coordinación y preparación en la Intendencia Regional, de acuerdos con consejeros regionales, de cargos ofrecidos y se contabilizan al menos 10 declaraciones de prensa en que el gerente de la Feria adelanta sus posibilidades de asumir la jefatura de la región.
La “fama” en los medios comenzó a jugarle de inmediato en contra, la UDI y sus diputados de la región comenzaron a apelar al perfil técnico que debía tener el intendente. Para sorpresa de muchos, Jürgensen fue presa de su ansiedad y el creciente temor a salir mal parado.
El “no entiendo por qué no quieren que yo sea”, o “yo podría ser útil en la Intendencia…podría aportar con toda mi experiencia administrativa, quiero poner mis conocimientos en política, filosofía, religión y muchos otros en práctica”, vertido el viernes en El Austral cerró el ciclo de desafortunadas declaraciones de un hombre que hasta antes de este episodio pocas veces se equivocó y siempre salió fortalecido al enfrentar a la prensa, incluso al hablar del Golpe Militar o del Plebiscito del 88.
Claro está, era poco probable que en una selección de altas exigencias académicas, el Presidente se hubiera inclinado por Jürgensen y su título de contador general, pero…la UDI siempre dio luces que apelaría a ello porque si se trata de trayectoria empresarial, el gerente de la Feria sería uno más de los empresarios exitosos que salen ahora al servicio público.
ANTES Y DESPUÉS
Lo indesmentible es que tras su no nombramiento hay un antes y un después para el presente político de Jürgensen y que para esta nominación, al menos en el papel, no imperó el criterio de ser puertomontino u osornino como sí ocurrió en los gobiernos de la Concertación.
Se sabía que estaba todo listo para que fuera él el primer intendente de este Gobierno. Por eso se entiende que esté dolido y desilusionado. Se preparó para el cargo como consejero regional, pactó con su suplente Carmen Ortiz estar sólo un año porque pensaba que en marzo sería intendente, y de la noche a la mañana, todo se fue a negro.
“Cuando uno se prepara durante gran parte de la vida para un gobierno que se fundamente en las convicciones políticas y filosóficas que uno sostiene, uno sueña con participar de ese gobierno. Yo estaba preparándome para eso y cuando al final, por las negociaciones y por el perfil buscado no resulta, claro que causa dolor”, señalaba el propio Jürgensen el fin de semana en el Llanquihue, acusando las descalificaciones que rodearon el proceso de designación y adelantando que vuelve a las empresas sin aspiraciones políticas.
POCA TACTICA
Por otro lado, Renovación Nacional local nunca defendió la opción con un poco más de táctica, y en el epílogo de esta historia ya plantean otra bravata mediática: como “compensación” a lo ocurrido con el cargo de intendente exigen para uno de sus filas la envestidura de Gobernador Provincial de Osorno.
Desconocen entonces que lo cargos y sus designaciones son por el bien del territorio en que se ejercerán y no en beneficio de una tienda política determinada que hoy golpea una mesa sin mucho eco.
Quizás dos reflexiones quedan por hacer en este sentido: que ya en el Gobierno, la Coalición y sus actores regionales deberán aprender a exponer sus asuntos públicos y sólo cuando ameritan ser públicos para evitar herir o definitivamente matar sus líderes como ocurrió injustamente con Jürgensen o con la “vergüenza” expresada por el senador Ignacio Kuschel por el “numerito”; y que en esta tarea de aprendizaje, no puede seguir imperando esa traicionera tentación de hacer política sólo a través de los medios de prensa. En ese sentido, el juego político ya mostró sus altos costos.
Así, el adagio “Por la boca muere el pez” debiera ser impreso y pegarse desde hoy en cada repartición pública como primer instructivo de esta nueva coalición gobernante.
Para Harry Jürgensen Caesar, lo ocurrido en las últimas semanas resultó un golpe al mentón de proporciones, que terminó con un knockout cuando el Presidente Sebastián Piñera definió como nuevo intendente de la Región de Los Lagos a Juan Sebastián Montes Porcile, un abogado portovarino de 42 años, destacado en el mundo académico y con experiencia en la empresa del rubro salmones.
Por Francisco Reyes C.
El “factor Jürgensen” había retrasado en demasía la nominación del jefe regional y Los Lagos se transformaba el viernes 12 en el primer bochorno de la nueva forma de gobernar cuando el diputado por Chiloé Gabriel Ascencio ponía en Santiago y ante la prensa un recurso de protección en contra de Piñera y el ministro Rodrigo Hinzpeter por el inexplicable retraso.
Definitivamente, la UDI no visaba el nombre de Harry Jürgensen y el perfil del gerente de la Feria Osorno era sorpresivamente cuestionado por miembros del propio bloque, ya no sólo en privado sino también en público y a través de los medios.
DECLARACIONES
Fueron dos las declaraciones que rompieron con todo lo previsto en la implementación de este gobierno regional y que selló el nombramiento de Montes y, además, uno de los primeros quiebres de la Coalición a la hora de definir los cargos en el territorio.
Cuando el diputado Carlos Recondo señalaba en el diario Austral de Osorno que el propio Jürgensen lo había llamado para evitar “aprensiones” a propósito de su posibilidad de asumir en la Intendencia, su colega por Puerto Montt, la diputada Marisol Turres, admitía sin “empachos” en el mismo medio que el nombre del gerente de la Feria no “acomodaba” a la UDI.
Eso de que “hay una serie de razones que nos hacen pensar que él no es la persona indicada” incendiaba una negociación política más pública que interna, de rencillas, de cuentas pendientes y por qué no pensarlo…de cálculos electorales pensando en la senatorial de 2012.
Sin siquiera sospecharlo y más aún, sin quererlo, Harry Jürgensen Caesar se transformó en un chivo expiatorio para su partido de toda la vida y el punto de quiebre con la UDI, con Piñera, con Hinzpeter y la forma en que se están “cortando” las nominaciones en la región.
Sin mucha fineza política, los voceros osorninos de RN lo promovieron primero como ministro de Agricultura; luego, como subsecretario de la misma cartera, hasta llegar al episodio de la Intendencia Regional.
Apariciones varias del concejal de Osorno Alexis Casanova y de los líderes del partido de la estrella planteando que Jürgensen era la “carta” para cargos de avanzada, no hicieron otra cosa que quemar injustamente el nombre, sin proyectar que esta exagerada exposición pública sólo alertaba a sus socios de la UDI que aún tenían en la retina las recientes peleas por la diputación del distrito 55 y las aspiraciones senatoriales que pronto serán otro gran tema entre los socios de la coalición.
Sin dimensionar lo que venía, el propio Harry Jürgensen contribuyó a generar el cuadro crítico. Se sabe de conversaciones con Palacio, de reuniones de coordinación y preparación en la Intendencia Regional, de acuerdos con consejeros regionales, de cargos ofrecidos y se contabilizan al menos 10 declaraciones de prensa en que el gerente de la Feria adelanta sus posibilidades de asumir la jefatura de la región.
La “fama” en los medios comenzó a jugarle de inmediato en contra, la UDI y sus diputados de la región comenzaron a apelar al perfil técnico que debía tener el intendente. Para sorpresa de muchos, Jürgensen fue presa de su ansiedad y el creciente temor a salir mal parado.
El “no entiendo por qué no quieren que yo sea”, o “yo podría ser útil en la Intendencia…podría aportar con toda mi experiencia administrativa, quiero poner mis conocimientos en política, filosofía, religión y muchos otros en práctica”, vertido el viernes en El Austral cerró el ciclo de desafortunadas declaraciones de un hombre que hasta antes de este episodio pocas veces se equivocó y siempre salió fortalecido al enfrentar a la prensa, incluso al hablar del Golpe Militar o del Plebiscito del 88.
Claro está, era poco probable que en una selección de altas exigencias académicas, el Presidente se hubiera inclinado por Jürgensen y su título de contador general, pero…la UDI siempre dio luces que apelaría a ello porque si se trata de trayectoria empresarial, el gerente de la Feria sería uno más de los empresarios exitosos que salen ahora al servicio público.
ANTES Y DESPUÉS
Lo indesmentible es que tras su no nombramiento hay un antes y un después para el presente político de Jürgensen y que para esta nominación, al menos en el papel, no imperó el criterio de ser puertomontino u osornino como sí ocurrió en los gobiernos de la Concertación.
Se sabía que estaba todo listo para que fuera él el primer intendente de este Gobierno. Por eso se entiende que esté dolido y desilusionado. Se preparó para el cargo como consejero regional, pactó con su suplente Carmen Ortiz estar sólo un año porque pensaba que en marzo sería intendente, y de la noche a la mañana, todo se fue a negro.
“Cuando uno se prepara durante gran parte de la vida para un gobierno que se fundamente en las convicciones políticas y filosóficas que uno sostiene, uno sueña con participar de ese gobierno. Yo estaba preparándome para eso y cuando al final, por las negociaciones y por el perfil buscado no resulta, claro que causa dolor”, señalaba el propio Jürgensen el fin de semana en el Llanquihue, acusando las descalificaciones que rodearon el proceso de designación y adelantando que vuelve a las empresas sin aspiraciones políticas.
POCA TACTICA
Por otro lado, Renovación Nacional local nunca defendió la opción con un poco más de táctica, y en el epílogo de esta historia ya plantean otra bravata mediática: como “compensación” a lo ocurrido con el cargo de intendente exigen para uno de sus filas la envestidura de Gobernador Provincial de Osorno.
Desconocen entonces que lo cargos y sus designaciones son por el bien del territorio en que se ejercerán y no en beneficio de una tienda política determinada que hoy golpea una mesa sin mucho eco.
Quizás dos reflexiones quedan por hacer en este sentido: que ya en el Gobierno, la Coalición y sus actores regionales deberán aprender a exponer sus asuntos públicos y sólo cuando ameritan ser públicos para evitar herir o definitivamente matar sus líderes como ocurrió injustamente con Jürgensen o con la “vergüenza” expresada por el senador Ignacio Kuschel por el “numerito”; y que en esta tarea de aprendizaje, no puede seguir imperando esa traicionera tentación de hacer política sólo a través de los medios de prensa. En ese sentido, el juego político ya mostró sus altos costos.
Así, el adagio “Por la boca muere el pez” debiera ser impreso y pegarse desde hoy en cada repartición pública como primer instructivo de esta nueva coalición gobernante.
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